La familia crece con el abuelo africano, zahorí y ciego.
Un juego para concienciar sobre la diversidad funcional, en el que te pones en la piel del abuelo ciego, robas losetas con los ojos cerrados, y desarrollas el tacto tratando de reconocer las losetas de este personaje.
El material del juego tiene un acabado especial en las losetas, diferente al juego básico, para ayudar a reconocer al abuelo en la partida. Escucha y canta, ¡no podrás dejar de bailar!
Atención: Es una expansión para el juego base Mi saquito de huesos. No se puede jugar de manera independiente.
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