El sol matinal se alza sobre el humedal y su luz se filtra a través de la neblina. Bajo los viejos árboles que se balancean con el viento, el suelo sirve de refugio para la fauna y la flora autóctonas, haciendo de este humedal un lugar vital en el medioambiente.
Devuelve la vida a tu pequeño humedal poblándolo de variadas plantas y animales.
Crea hábilmente una red de canales de agua por la que «fluyan» tus fichas de planta a todos los rincones de tu humedal. Si lo haces bien, podrás jugar las mejores cartas y crear un ecosistema más provechoso que los de tus oponentes.
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